Estamos a miércoles 25 de marzo de 2020 y el coronavirus
está atacando de forma alarmante la sociedad española y pronto lo hará a otras
sociedades más allá de nuestras fronteras. Las medidas de confinamiento social
y de reducción de actividad económica nos llevan a una realidad única. ¿Se
trata de una realidad excepcional que ha sucedido en un momento de grave crisis?
En mi opinión se trata de un adelanto del futuro en forma de
distopía: así será el futuro en las sociedades sostenibles. Hay dimensiones de
esta época del coronavirus que coinciden con la futura era de la
Sostenibilidad; ambas son distópicas.
Veamos las coincidencias: Ambas son impuestas por la
realidad. No hay elección. El virus ha venido y se ha colado de forma
espontánea. La era de la Sostenibilidad porque no hay un plan B para el
planeta. Una y otra son coercitivas. Un mundo sostenible no vendrá de forma
natural. Hay muchos intereses encontrados desde una perspectiva económica y
política a nivel global para llegar a tiempo a gestionar el avance del cambio
climático. Tenemos el ejemplo en la presidencia de Donald Trump. El presidente
del Imperio Americano no cree en el cambio climático. Llegará un momento que
habrá que poner restricciones muy duras a muchos aspectos de la vida humana y
de los estilos de vida actuales.
La Sostenibilidad se caracteriza de forma intensa por lo que
la Sociología alemana llama la “sociedad riesgo”. Nos vamos a encontrar con
fenómenos impredecibles constantemente: pandemias, catástrofes naturales,
realidades que se aceleran.
Ambas se basan en la resiliencia. Una marcada actitud de resiliencia.
No llegamos a tiempo para frenar el cambio climático. Y todas las medidas que
podían ser proactivas van a ser reactivas en el sentido de poder hacer frente a
los efectos de ese cambio climático. Y nos tendremos que adaptar duramente a
ellas.
Ambas afectan a la movilidad de los individuos. En una
sociedad sostenible la movilidad se verá enormemente reducida por su efecto
contaminante, así como en la sociedad del virus se ha visto reducida la
movilidad por el efecto propagador del mismo virus.
Ambas se sitúan en
bajos niveles de contaminación. En este momento, debido al confinamiento de la
población y reducción de la actividad económica, la bajada de la contaminación
en las grandes ciudades es un hecho. En datos aproximados, la bajada de la
contaminación en ciudades como Barcelona o Madrid ha bajado alrededor de un
50%. Aquí es un efecto, en la era de la Sostenibilidad será un meta a conseguir
desesperadamente.
En ambas el consumo se reduce. En la economía del
coronavirus esto es evidente ya que la mayoría de establecimientos comerciales
se han visto obligados a cerrar por las medidas establecidas por el Gobierno.
El éxito de la era de la Sostenibilidad se basa en una clave: la reducción del
consumo desde filosofías de decrecimiento y economías de mínima huella
ecológica.
El futuro está aquí. Ese futuro será sostenible y se
parecerá a este presente del coronavirus. Se podía haber elegido otro futuro
sostenible. Pero no somos capaces de hacerlo. Lamentablemente.