www.focoestrategias.com / tcamarero@focoestrategias.com / Tlfno. 639330761

El campo de actuación de Tomás Camarero Arribas se inscribe en el Desarrollo de conceptos de marca y de comunicación, Investigación de consumidor, Análisis de tendencias y Marketing sostenible.

El objetivo es desarrollar la innovación conceptual para la solución de problemas y aprovechamiento de oportunidades de las marcas.


viernes, 13 de marzo de 2009

LA ERA DE LA SOSPECHA: SOBRE CRISIS, CODICIA E INCOMPETENCIA

En nuestras sociedades hipersimbólicas, las decisiones de consumo y los mecanismos económicos se establecen en su mayor parte por criterios intangibles (psicológicos y simbólicos).

La importancia del “driver” simbólico o psicológico es significativo cuando compramos con confianza una marca “saludable” como Danone. O se ve, claramente, en las decisiones histéricas de los especuladores e inversores bursátiles de la crisis financiera actual, donde el rumor, el miedo y la codicia han determinado decisiones de compra y venta de activos financieros.

Y en este mundo hipersimbólico, “sobre-sicologizado”, los paradigmas relacionales basados en la confianza y en la credibilidad son fundamentales. De esta forma, resulta catastrófico este tsunami financiero que ha tambaleado el ecosistema económico, ya que ha hecho emerger en las percepciones y vivencias del ciudadano-consumidor una inquietante desazón: la desconfianza.

Esta es la era de la sospecha. No es una sospecha genérica y difusa sino que tiene cara y ojos e, incluso, tiene narices. Porque hace falta tener narices para que las entidades financieras de máximo prestigio mundial hayan tomado dementes decisiones que van en contra de la prudencia y del sentido común en el manejo del riesgo crediticio. Un tema, en esencia, de vergonzante codicia humana.

También hace falta tener narices para que los dirigentes, los “ingenuos” políticos, hayan creído en el “laisser faire” del capitalismo ultraliberal sin asumir, mucho antes, higiénicas medidas del intervencionismo del Estado (Friedman vs Krugman). Ahora todo el mundo ha descubierto el Estado como si fuera el Mediterráneo.

Y tercero, esto sí que es tener narices…no podemos ignorar a los dirigentes de las instituciones financieras económicas internacionales del tipo FMI y otras, que han sido absolutamente incapaces a la hora estabilizar un sistema que no se equilibraba por sí mismo (Ver la entrevista al ex gobernador del Banco de España en El País 19.10.08).

Con todo esto, es más preocupante la crisis de confianza que se ha generado que la pura crisis económica de esta nueva era de la sospecha. A esta ensalada hay que añadir un aliño “paradójico” más: la fuerte emergencia de la Responsabilidad Social Corporativa. ¿En una era de la sospecha? Todo un desafío.

Pero ya es hora de dejar de meterse con todo el mundo y aportar una solución a este nuevo escenario. En principio habría que cambiar de lenguaje y no hablar de crisis sino de caos. Término más aséptico, pero que expresa mejor la idea de un sistema aceleradamente inestable y que, en su “destrucción creadora”, se transforma en otra sistema. Es una cuestión de tiempo, no de milagro.

El cambio social y económico ha funcionado generalmente gracias a aceleradores. Las revoluciones y las burbujas son aceleradores de crecimiento. Internet fue una burbuja y ha sido, es y será todavía una revolución. Pinchada la burbuja Internet, se iba inflando la siguiente burbuja, la inmobiliaria. Esta fue creciendo hasta convertirse en la superburbuja financiera, que está ahora perdiendo mucho aire. Estas dos últimas burbujas, la inmobiliaria y la financiera, no llevaban pareja una revolución, como la de Internet.

¿Cuál es el siguiente paso? La emergencia de otro acelerador, que es, además, una revolución, pero no sé si llegará a ser simultáneamente una burbuja: el capitalismo verde, la economía de la sostenibilidad. Esta es la transformación que viene, que va a dar impulso a la economía y va a ser la solución (material y psicológica) de recambio a la crisis total y global actual.

Y para quien no me crea, os dejo unas palabras del astuto y carismático George Soros: “…estímulo al ahorro energético, al desarrollo de fuentes de energía alternativas y a la construcción de infraestructuras ecológicas. Este estímulo podría convertirse en la nueva locomotora de la economía mundial” (Soros dixit).
(Publicado en I&M 2008, nº 101)

No hay comentarios:

Publicar un comentario